El fenómeno estético al que llamamos arte paleolítico nació hace más de 30.000 años. De él sólo conocemos sus formas parietales en las cuevas y esporádicamente al aire libre, y los objetos con representaciones pintadas, grabadas o labradas sobre materiales no perecederos. Este arte no tiene nada de sencillo o de simplista, sino que se trata de algo que desde sus inicios se manifiesta muy complejo, implicando un intrincado mundo de ideas maduradas en una larga tradición.
El conocimiento del arte paleolítico fue paralelo al de la formación de la ciencia prehistórica a partir de mediados del siglo XIX. Algunos hayazgos anteriores, o no fueron interpretados, o fueron atribuídos a los celtas, que entonces eran considerados los más antiguos pobladores de Europa. En las dos últimas décadas de el siglo XIX se produjo la polémica en torno a las pinturas de Altamiras, descubiertas por Marcelino Sanz de Sautola en 1879, cuya autenticidad fue rechazada por la "ciencia oficial" francesa y española, y tendran que pasar décadas para que se reconociera su autenticidad.
El arte paleolítico se encuentra geograficamente bastante focalizado en Francia y en España. La reina de las cuevas pintadas francesas es Lascaux, que contiene más de 450 figuras identificables. En la Península Ibérica el núcleo principal se encuentra en la cornisa cantábrica, aunque existen cuevas pintadas en el resto de la Península . Pero la más famosa de las cuevas españolas es, sin duda, la de Altamira, con su gran sala de bisontes bícromos. Hay que hacer mención también a los yacimientos con arte paleolítico al aire libre, que abundan en la meseta y se puede intuir que apareceran muchos más, cubriendo el vacío poblacional que se le presuponía a esta zona de la Península. Fuera de la Península Ibérica y de Francia, hay pocos lugares con arte paleolítico
Es indudable que existieron otras formas de representación artística, pero sólo han llegado hasta nosotros el grabado, la pintura y la escultura. Las modalidades de grabado son muy variadas y van desde la fina incisión al bajorrelieve. En pintura la paleta se limita a dos colores básicos, el negro de manganeso, o de carbón vegetal, y el óxido de cobre o óxido de hierro, que puede ir desde el marrón hasta el anaranjado o el amarillo terroso, predominando el rojo. Lo normal son las figuras de un solo color. En cuanto a las técnicas gráficas, encontramos numerosas convenciones: perspectiva torcida, naturalismo, la M ventral usada en el Magdaleniense para imitar el pelaje de muchos animales...
Hay que indicar que nunca se representó el suelo en el sentido en que nosotros lo entendemos, pero sí fue sugerido.
Dentro de la temática el grupo más importante es el de los animales, constituyendo un 80% del total de las representaciones paleolíticas. El animal más representado es el caballo, seguido por el bisonte, el uro, la cabra montes, el ciervo, el rebeco y el reno. Son excepcionales las figuras de mamuts, osos, rinocerontes, león de las cavernas y antílope saiga, junto con algunos pájaros y peces. Las representaciones humanas suponen aproximadamente un 7% del total, sumando arte parietal y arte mueble. Se trata de representaciones caricaturescas, y en algunos casos híbridos. Estas figuras podrían representar a hombres disfrazados de animal.
Al observar la figura humana hay que hacer mención especial a las "Venus". Se trata de pequeñas esculturas que representan mujeres desnudas, frecuentemente con una modulación pronunciada de los atributos femeninos y con una intencional abreviación o supresión de la cabeza y las extremidades. Estas figuras son de ejecución cuidada y ha sido encontradas en lugares de habitación. Cabe decir que no se ha encontrado ninguna de estas figurillas en la Península Ibérica, aunque sí por el resto de Europa. El significado concreto de las Venus se nos escapa. Pudieron ser representaciones de una "gran madre", protectora, diosa de la fecundidad e incluso ideal de belleza.
Dentro de las representaciones del arte paleolítico hay que mencionar también las manos. Éstas pueden ser negativas o positivas (pintada alrededor o mano plasmada en color), aunque son más abundantes las primeras.
Un caso particular es el de lo signos paleolíticos, de gran variedad tipológica . Los signos están presentes en la mayoría de las cuevas y hacen patente la capacidad de abstracción del artista paleolítico. Los signos aseguran la transmisión de generación en generación, de un lenguaje gráfico, una tradición iconográfica muy elaborada, que corresponde a un mundo de ideas muy difundido en el espacio y con una larguísima perduración temporal.
El conocimiento del arte paleolítico fue paralelo al de la formación de la ciencia prehistórica a partir de mediados del siglo XIX. Algunos hayazgos anteriores, o no fueron interpretados, o fueron atribuídos a los celtas, que entonces eran considerados los más antiguos pobladores de Europa. En las dos últimas décadas de el siglo XIX se produjo la polémica en torno a las pinturas de Altamiras, descubiertas por Marcelino Sanz de Sautola en 1879, cuya autenticidad fue rechazada por la "ciencia oficial" francesa y española, y tendran que pasar décadas para que se reconociera su autenticidad.
El arte paleolítico se encuentra geograficamente bastante focalizado en Francia y en España. La reina de las cuevas pintadas francesas es Lascaux, que contiene más de 450 figuras identificables. En la Península Ibérica el núcleo principal se encuentra en la cornisa cantábrica, aunque existen cuevas pintadas en el resto de la Península . Pero la más famosa de las cuevas españolas es, sin duda, la de Altamira, con su gran sala de bisontes bícromos. Hay que hacer mención también a los yacimientos con arte paleolítico al aire libre, que abundan en la meseta y se puede intuir que apareceran muchos más, cubriendo el vacío poblacional que se le presuponía a esta zona de la Península. Fuera de la Península Ibérica y de Francia, hay pocos lugares con arte paleolítico
Es indudable que existieron otras formas de representación artística, pero sólo han llegado hasta nosotros el grabado, la pintura y la escultura. Las modalidades de grabado son muy variadas y van desde la fina incisión al bajorrelieve. En pintura la paleta se limita a dos colores básicos, el negro de manganeso, o de carbón vegetal, y el óxido de cobre o óxido de hierro, que puede ir desde el marrón hasta el anaranjado o el amarillo terroso, predominando el rojo. Lo normal son las figuras de un solo color. En cuanto a las técnicas gráficas, encontramos numerosas convenciones: perspectiva torcida, naturalismo, la M ventral usada en el Magdaleniense para imitar el pelaje de muchos animales...
Hay que indicar que nunca se representó el suelo en el sentido en que nosotros lo entendemos, pero sí fue sugerido.
Dentro de la temática el grupo más importante es el de los animales, constituyendo un 80% del total de las representaciones paleolíticas. El animal más representado es el caballo, seguido por el bisonte, el uro, la cabra montes, el ciervo, el rebeco y el reno. Son excepcionales las figuras de mamuts, osos, rinocerontes, león de las cavernas y antílope saiga, junto con algunos pájaros y peces. Las representaciones humanas suponen aproximadamente un 7% del total, sumando arte parietal y arte mueble. Se trata de representaciones caricaturescas, y en algunos casos híbridos. Estas figuras podrían representar a hombres disfrazados de animal.
Al observar la figura humana hay que hacer mención especial a las "Venus". Se trata de pequeñas esculturas que representan mujeres desnudas, frecuentemente con una modulación pronunciada de los atributos femeninos y con una intencional abreviación o supresión de la cabeza y las extremidades. Estas figuras son de ejecución cuidada y ha sido encontradas en lugares de habitación. Cabe decir que no se ha encontrado ninguna de estas figurillas en la Península Ibérica, aunque sí por el resto de Europa. El significado concreto de las Venus se nos escapa. Pudieron ser representaciones de una "gran madre", protectora, diosa de la fecundidad e incluso ideal de belleza.
Dentro de las representaciones del arte paleolítico hay que mencionar también las manos. Éstas pueden ser negativas o positivas (pintada alrededor o mano plasmada en color), aunque son más abundantes las primeras.
Un caso particular es el de lo signos paleolíticos, de gran variedad tipológica . Los signos están presentes en la mayoría de las cuevas y hacen patente la capacidad de abstracción del artista paleolítico. Los signos aseguran la transmisión de generación en generación, de un lenguaje gráfico, una tradición iconográfica muy elaborada, que corresponde a un mundo de ideas muy difundido en el espacio y con una larguísima perduración temporal.
estamos iniciandonos en esto de la creación del blog y hemos encontrado el tuyo, espectacular tratar sobre un tema que se trata muy poco. En nuestra clase de arte hemos iniciado con la representación del paisaje en la era prehistórica. Gracias por guiarnos con un tema espectacular,.
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